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Pin de Fartie (2025), de Alejo Moguillansky

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Pin de Fartie (2025), de Alejo Moguillansky

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Por Kiara Warmerdam

 

“Me digo… a veces, Clov, es preciso

que te encuentres mejor allá que aquí, si quieres que te dejen partir… un día. Pero me siento

demasiado viejo, y demasiado lejos, para poder adoptar nuevas costumbres. Bueno, esto no

terminará nunca, no me iré nunca.”

 

Pin de fartie se divide en varias vertientes de una misma dinámica. Retomando el texto de Samuel Beckett, Final de partida, se van construyendo capas de narración sobre narración que trabajan la obra y sus problemas.

La primera historia con la cual nos encontramos es con la de Otto y Cleo, que es por excelencia la más fiel al texto de Beckett ya que es la única que no lo trata como tal, no es consciente del todo de su propia ficción. Más adelante, aparecen un músico y una narradora, y es acá donde la ficción se empieza a inscribir sobre sí misma. Tanto la voz de la narradora como las letras que canta el músico dan cuenta que esto es una película que está trabajando un texto. La segunda historia es sobre dos actores que ensayan la obra de Beckett a escondidas como si fueran amantes. La tercera, un hijo que le lee Final de partida a su madre en reemplazo de las prácticas de piano. Cada tanto aparecen imágenes de una Directora de fotografía y una asistente, y por último, la aparición de los padres de Cleo que viven en un basurero. Siempre de a dos. Si bien son vínculos diferentes, hay algo del texto que permite narrar de distintas maneras las relaciones humanas, y Moguillansky se aprovecha de eso. El mayor logro de Pin de fartie no es la adaptación de un texto sino justamente, poder narrar algo más a partir de lo que el texto propone. Los diálogos se repiten pero en cada historia significan algo distinto. Para los actores es la muerte del amor, para el hijo es la muerte de su madre y, para Cleo y Otto, la muerte de una dinámica. Pero nunca llega, sabemos que el final es inminente, que lo que se está narrando es la partida -en la cual no sabemos quién se irá primero- pero está y va a llegar, o eso parece.

Desde ya, la decisión de trabajar un texto que de base sostiene una complejidad narrativa tan grande, propone problemáticas a nivel formal cinematográfico que son siempre interesantes a la hora de pensar una película. La traducción de lo teatral hacia el cine como un ejercicio abre posibilidades constantes de pensar nuevas formas de puesta en escena.

En este caso, la dinámica del adentro y el afuera es lo que, a mí parecer, define la película y su lógica. No solo pensando en el texto de Beckett y su propia relación con esta dicotomía -el adentro aparece como lo único posible y el afuera es indefinible y desolador- sino también en la naturaleza del teatro y sus tres paredes inamovibles. En Pin de fartie, en todas sus vertientes, Moguillansky hace uso de esa indeterminabilidad del afuera en el texto y lo convierte en un espacio a llenar. El afuera es la gente que vive en la calle, los que viven en el basurero, los policías marchando y la gente que grita “Viva la libertad, carajo”. Y es eseafuera lo que define la dinámica de las relaciones humanas, y en este caso, de estos personajes. Es fascinante ver como la película encuentra formas de resolver este problema. Para quienes leen el texto es una cuestión de montaje, pero para Cleo y Otto -que son en realidad Hamm y Clov- la única forma de salir de esas tres paredes es rompiendo la cuarta. 

La película que quizás comenzó siendo un capricho de trabajar un texto y un autor, termina siendo una reflexión mucho más grande sobre Argentina y el mundo de hoy en el que vivimos. No sólo da cuenta de la perdurabilidad de Beckett y sus ideas, sino también de la capacidad de Moguillansky de pensar el mundo a través del cine, narrar tanto los opuestos y las contradicciones humanas como la universalidad de las relaciones y sus dinámicas. Lo pequeño y lo grande, lo individual y lo colectivo. André Bazin dice en el capítulo “A favor de un cine impuro” dentro de su libro ¿Qué es el cine? (1958) que adaptar, por fin, ya no es traicionar, sino respetar. La fidelidad pasa más por entender la esencia de la obra que por replicarla. Moguillanky entiende a Beckett y no se queda con eso, construye algo más a partir de lo ya dado. El final de Clov y Hamm da lugar a pensar no solo las relaciones humanas sino justamente la relación que uno tiene con lo que le rodea. No es inocente elegir la Argentina de Milei como el afuera desolador de esas habitaciones, incluso la de Cleo y Otto. La posibilidad de irse y elegir no hacerlo parece ser la conclusión a la que llega la película. Tanto en la obra como en la película, Clov/Cleo, vuelve sin que el ciego se entere de que el otro está ahí. En el caso de Pin de fartie, Cleo contempla el viaje en tren de Otto, quien ha decidido salir al mundo solo.

Titulo: Pin de Fartie

Año: 2025

País: Argentina

Director: Alejo Moguillansky

 

La entrada Pin de Fartie (2025), de Alejo Moguillansky se publicó primero en Caligari.

Fuente: https://caligari.com.ar/pin-de-fartie-2025-de-alejo-moguillansky/

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