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Ballad of a Small Player (2025), de Edward Berger

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Ballad of a Small Player (2025), de Edward Berger

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Suscribite a CALIGARI Exceso y ruina

Por Kristine Balduzzi

Ballad of a Small Player pretende ser un relato hipnótico sobre la decadencia y la adicción, pero termina convertida en un despliegue hueco de imágenes y sonidos que no conducen a ninguna parte. Desde sus primeras escenas se advierte la ansiedad de impresionar, como si la película necesitara gritar a cada segundo que está ofreciendo algo importante, cuando en realidad lo único que consigue es revelar su vacío. El problema central es que la historia nunca logra definir qué quiere ser. Por momentos parece una sátira sobre el mundo del juego y la falsedad de sus promesas; en otros, se acerca a la tragedia moral de un hombre atrapado en su propia ruina; y a ratos pretende ser un retrato visual de Macao como paraíso infernal. Esa oscilación constante solo produce desconcierto. Nada se desarrolla con coherencia, nada llega a calar. La sensación es la de un relato que cambia de rumbo sin rumbo, que baraja las cartas pero nunca sabe qué partida jugar.

Macao, que podría haber funcionado como un personaje más, es reducido a un catálogo turístico deformado por luces de neón. Sí, la cámara se recrea en los reflejos, en los colores chillones y en la extravagancia arquitectónica, pero detrás de ese artificio no hay mirada. La ciudad se convierte en un escenario impostado, tan sobrecargado que termina por perder fuerza. La saturación visual, lejos de sumergir al espectador, lo expulsa. Todo brilla demasiado, tanto que resulta cansino. La música refuerza esa misma sensación de exceso. En lugar de acompañar o sugerir, invade. Cada acorde busca imponerse como si la grandilocuencia fuera sinónimo de profundidad. Lo único que consigue es aplastar cualquier posibilidad de intimidad o misterio. El espectador no encuentra espacio para respirar, porque la banda sonora está siempre recordándole que esto es un espectáculo, aunque lo que ocurre en pantalla carezca de verdadera intensidad.

El guion, basado en la novela de Lawrence Osborne, prometía explorar cuestiones de moralidad, culpa y autodestrucción. Sin embargo, esa dimensión filosófica se pierde en el tránsito al cine. La película se queda en la superficie, incapaz de transmitir una reflexión genuina. Todo es literal, todo está subrayado. Las escenas avanzan sin sorpresa, como si el desenlace ya estuviera escrito en piedra desde el principio. Y lo peor es que, incluso sabiendo hacia dónde va, la ruta no resulta interesante. Los personajes secundarios aparecen y desaparecen como figuras decorativas, sin una lógica clara ni un peso real en la trama. La mujer que persigue al protagonista representa un pasado que nunca se explica del todo; la empleada de casino funciona como un recurso de guion más que como un ser humano. Ninguna de esas presencias consigue dotar de carne a una historia que parece hecha de papel mojado.

Al final, Ballad of a Small Player no es más que un intento fallido de envolver una idea mínima con una capa de lujo visual y sonoro. Una apuesta que quiere ser arriesgada, pero que se pierde en su propia ostentación. Lo que debía ser un descenso a los infiernos se convierte en un desfile de excesos tan previsibles como agotadores. La película promete intensidad, pero lo único que entrega es un eco vacío.

Titulo: Ballad of a Small Player 

Año: 2025

País: Reino Unido

Director: Edward Berger

  Foco: San Sebastián 2025

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Fuente: https://caligari.com.ar/ballad-of-a-small-player-2025-de-edward-berger/

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